Un poco de mitología



          Los Tehuelches afirman que hace muchísimo tiempo no había tierra, ni mar, ni sol... solamente existía la densa y húmeda oscuridad de las tinieblas. Y en medio de ella vivía eterno, Kooch.
          Nadie sabe por qué, un día Kooch, que siempre se había bastado a sí mismo, se sintió muy solo y se puso a llorar. Lloró tantas lágrimas durante tanto tiempo, que contarlas sería imposible. Y con su llanto se formó el mar, el inmenso océano donde la vista se pierde.

         
Cuando Kooch se dio cuenta de que el agua crecía y que estaba a punto de cubrirlo todo, dejó de llorar y suspiró. Y ese suspiro tan hondo fue el primer viento, que empezó a soplar constantemente, abriéndose paso entre la niebla y agitando el mar.
          Algunos dicen que fue así, por los empujones del viento, que la niebla se disipó y apareció la luz.

         
Dicen también que giró su mano y originó una chispa, y que esa chispa se convirtió en el sol, éste se levantó sobre el mar e iluminó ese paisaje magnífico: la inmensa superficie ondulada por el viento, cuyo soplo retorcía cada ola hasta verla deshacerse bajo su tocado de espuma.

          
Luego Kooch se dedicó a su obra maestra. Primero hizo surgir del agua una isla muy grande, y luego comenzó a observar como allí los animales, los pájaros, los insectos, las plantas y los peces iban apareciendo… y Kooch se maravillaba al ver como la “Creación” tenía lugar ante sus ojos.
          Entonces Kooch, el Creador, satisfecho, se alejó cruzando el mar. A su paso hizo surgir otra tierra cercana y se marchó al horizonte, allí se desintegró en millones de partículas, las cuales al caer en la tierra, cada una dio forma y origen a un ser humano.
          KauKooch, es un vocablo de origen tehuelche, Kau significa “Hogar” y “Kooch” hace referencia a la deidad creadora primigenia.

         
La idea de KauKooch surge como una necesidad personal de María Inés Caparrós, para que cada persona que asista pueda reconocerse como esa parte del Todo, sin la cual el Todo no puede Ser.
          Kaukooch es un centro donde los diferentes tipos de terapias y técnicas son aplicadas y/o vivienciadas por los “Buscadores de Sí Mismo”, con el fin de que puedan Ser.
En el comienzo del texto de esta página se describe metafóricamente lo que sucede, y para que fue creado KauKooch:

“…no había tierra, ni mar, ni sol... solamente existía la densa y húmeda oscuridad de las tinieblas. Y en medio de ella vivía eterno, Kooch.

Nadie sabe por qué, un día Kooch, que siempre se había bastado a sí mismo, se sintió muy solo y se puso a llorar. Lloró tantas lágrimas durante tanto tiempo, que contarlas sería imposible. Y con su llanto se formó el mar, el inmenso océano donde la vista se pierde”

          
Creemos que podemos vivir solos, que nos podemos bastar solos, nos creemos que somos el centro del universo, que nadie nos hace falta, que todo lo que nos rodea es nuestro, que todo nos pertenece… esto nos genera mucho sufrimiento y una vida de tinieblas, una vida donde nada está claro, donde no se vislumbra un futuro, ni siquiera un Aquí y Ahora…
...la verdad que nada nos pertenece, solo nos tenemos a nosotros mismos y a lo que nos pasa ahora y el que hacemos con aquello que nos pasa, ésta es nuestra única realidad... lo demás es una fantasía...
cuando ésto se hace carne, sobreviene el proceso  transformador que da paso al placer infinito... el placer de SER.